ALGO DE HISTORIA
Este emprendimiento ferroturístico, hoy de renombre mundial, nace por iniciativa
de las autoridades del Ferrocarril General Belgrano, quienes en noviembre de 1971,
resuelven hacer correr un tren experimental con funcionarios y periodistas.
El 16 de julio de 1972 -hace 29 años- se realiza el primer viaje oficial
turístico, lo que se mantendrá por 18 años, hasta 1990, cuando
los ferrocarriles del Estado son privatizados. Desde 1991, el emprendimiento turístico
"Tren a las Nubes" permanece en manos
de capitales privados salteños.
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EL ORIGEN DEL NOMBRE
El nombre de "Tren a las Nubes" se
debe a un filme en colores, realizado por dos camarógrafos tucumanos -estudiantes
de la Universidad Nacional-, en los primeros años de la década del
'60, que hicieron el tramo Salta-Socompa a bordo del tren internacional de pasajeros,
que en esos tiempos corría traccionado por máquinas a vapor, -las
famosas "1300"-, y salía de la Estación Salta los días
jueves a horas 11.05.
Los camarógrafos apalabraron al maquinista, para que cuando la formación
llegara al viaducto La Polvorilla, la máquina hiciera una descarga lateral
de vapor, de forma tal que ellos pudieran filmarlo desde las ventanillas de los
vagones. Así ocurrió, y el vapor liberado por la máquina, a
consecuencia de la baja temperatura del lugar, no se disipó rápidamente
y quedó flotando por unos momentos en el firmamento puneño, lo que
facilitó la filmación. El trabajo posteriormente fue ofrecido al Ferrocarril, quien luego de adquirirlo
lo cedió al periodista del diario Clarín, Emilio Petcoff, a los fines
que hiciera el guión del documental. Petcoff, al observar la filmación,
se vio atraído por el chorro de vapor que la máquina exhaló
en La Polvorilla y tituló al trabajo "Tren a
las Nubes". Posteriormente Ferrocarriles Argentinos adoptó este nombre para el único
emprendimiento turístico que en ese momento tenía en el país,
y que recorría 240 kilómetros sobre el Ramal C 14, Salta Antofagasta. |
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Haciendo un poco de historia vemos que al iniciarse la explotación de los
valiosos salitres de la zona de Antofagasta (Chile); extraer las riquezas era muy
difícil por la falta de provisiones para los mineros; los alimentos se llevaban
a través de la cordillera desde los valles argentinos. Queso, charqui, higos,
eran acarreados a lomo de mula, y llevar los arreos de ganado constituía
una verdadera proeza.
A fines del Siglo XIX, algunos tuvieron la idea de construir
un ferrocarril que fuera hasta el norte de Chile para facilitar la salida de los
minerales, aumentando el comercio entre los dos países. La intención
era tender los rieles por el paso de Huaytiquina por el cual se llevaba el ganado.
Los estudios fueron postergando la obra hasta que en 1921 el Presidente Yrigoyen
autorizó su construcción; encomendando la dirección de esta
obra al ingeniero norteamericano Ricardo Fontaine Maury.
Así el primer riel del transandino del norte (otro de sus nombres), se colocó
el 20 de febrero de 1921, estando previsto terminarlo en seis años; pero
sólo en 1948 se unieron las vías chilenas y argentinas en Socompa;
siendo en febrero de ese mismo año cuando el tren partió de Socompa
llegando a Salta al día siguiente.
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